¿Por qué tu equipo viste de ese color? La historia detrás de las equipaciones

Las camisetas de fútbol no son solo uniformes para competir: son parte del alma de un club. Representan historia, tradición y, en muchas ocasiones, tienen un origen curioso o inesperado. ¿Alguna vez te has preguntado por qué tu equipo viste de ese color? Aquí te contamos el origen de algunas de las equipaciones más emblemáticas del fútbol.

FC Barcelona: El azulgrana que cruzó fronteras

Existen varias teorías sobre cómo el FC Barcelona adoptó sus icónicos colores azul y grana, pero ninguna está respaldada por documentos oficiales. Las dos versiones más populares entre los aficionados son igualmente interesantes. Una sostiene que Hans Gamper, fundador del club y suizo de origen, quiso traer los colores del Basilea, su antiguo equipo. La otra apunta a Arthur Witty, uno de los primeros presidentes, que habría elegido los colores de su colegio británico, el “Merchant Taylors”, donde jugaba al rugby. Sea cual sea la versión real, lo cierto es que el azulgrana es ya sinónimo de identidad culé.

Real Madrid: El blanco inspirado en la elegancia del Corinthian FC

La camiseta blanca del Real Madrid es todo un símbolo del club, y su origen se remonta a la admiración por el Corinthian FC, un legendario equipo amateur inglés conocido por su deportividad y buen juego. Aunque nunca fueron profesionales, su influencia fue tan grande que inspiraron a los fundadores del club madrileño a adoptar el blanco como color principal. Desde 1902, ese blanco ha sido sinónimo de grandeza, títulos y un estilo inconfundible.

Real Betis: De azul y blanco al verdiblanco de Glasgow

Aunque hoy el Betis es sinónimo de verdiblanco, sus primeros pasos en el fútbol se dieron con camiseta azul y pantalón blanco. Fue en 1911 cuando todo cambió, gracias a Manuel Ramos Asensio, capitán del equipo, que trajo la inspiración desde Glasgow tras estudiar en la ciudad escocesa. Allí, se enamoró del Celtic FC y de sus rayas verdiblancas, y decidió trasladar esos colores a su equipo. Desde entonces, el Betis luce con orgullo esa combinación única que lo diferencia dentro y fuera del campo.

Athletic Club: El rojiblanco que llegó por accidente

El Athletic Club no siempre vistió de rojiblanco. En sus inicios, el equipo jugaba con camisetas blancas y después con uniformes blanquiazules. Pero en 1909, durante un viaje a Inglaterra para comprar equipaciones, Juan Elorduy, encargado de la tarea, no encontró camisetas del Blackburn Rovers (entonces blanquiazules) y optó por las del Southampton, que eran rojiblancas. El error fue tan exitoso que en 1910 el club ya había adoptado el rojiblanco como su color definitivo, dando paso a una de las camisetas más reconocibles del fútbol español.

Atlético de Madrid: El hermano rojiblanco del Athletic

El Atlético de Madrid comparte parte de su historia con el Athletic Club, ya que nació como una sucursal madrileña del club bilbaíno. De hecho, en sus inicios también vistió de azul y blanco. Sin embargo, al igual que ocurrió en Bilbao, la imposibilidad de conseguir camisetas blanquiazules llevó a adoptar los colores rojiblancos del Southampton. Así nació la equipación actual, que rápidamente adquirió su propio carácter dentro del fútbol español.

Sevilla FC: El blanco que se quedó para siempre

El Sevilla FC tenía pensado vestir de rojiblanco desde su fundación en 1890. Pero el retraso en la llegada de las camisetas obligó al equipo a jugar sus primeros partidos con un uniforme completamente blanco. Lo que comenzó como una solución provisional terminó por convertirse en tradición. El blanco gustó tanto a jugadores y aficionados que se mantuvo como el color principal del club, mientras que el rojo quedó como segunda equipación en la mayoría de temporadas.

RCD Espanyol: Del amarillo al azul y blanco del mar

En sus inicios, el Espanyol vestía de amarillo, un color que fue elegido de forma casual gracias a la tela que donó uno de sus primeros socios. Pero en 1909, el club adoptó los colores azul y blanco, inspirados en el escudo de Roger de Llúria, un almirante de la flota de la Corona de Aragón. Desde entonces, las franjas blanquiazules representan no solo la historia del club, sino también un fuerte vínculo con la tradición catalana.

Alemania: El blanco del antiguo reino prusiano

Aunque la bandera alemana actual es negra, roja y amarilla, su selección nacional viste de blanco desde sus inicios. Esto se debe a que el uniforme se inspiró en el Reino de Prusia, cuya bandera era blanca y negra. Alemania adoptó estos colores en 1900, cuando se fundó su Federación de Fútbol. Más tarde, los tonos de la bandera actual se integraron como detalles en algunos diseños. También es recordado el uso de la camiseta verde, en agradecimiento a Irlanda, que fue de los primeros países en aceptar jugar contra Alemania tras la Segunda Guerra Mundial.

Países Bajos: El naranja del príncipe que liberó al país

La camiseta naranja de los Países Bajos no tiene relación con los colores de su bandera, que son rojo, blanco y azul. El naranja es, de hecho, el color nacional, vinculado a la Casa de Orange y a Guillermo de Orange, figura clave en la independencia del país. Su legado es tan profundo que, entre los siglos XVI y XVII, la bandera nacional llegó a incluir el naranja en lugar del rojo. Hoy, el color sigue siendo un símbolo de orgullo nacional y una de las camisetas más icónicas del fútbol.

Italia: El azul de los Saboya

Italia es conocida como la “azzurra” por su camiseta azul, que puede parecer contradictoria si tenemos en cuenta que su bandera es verde, blanca y roja. Sin embargo, el azul proviene del estandarte de la Casa de Saboya, familia real que lideró la unificación del país. Desde 1911, ese azul representa a la selección en los terrenos de juego. Hubo un breve periodo durante el régimen de Mussolini en el que se usaron camisetas negras, pero el azul volvió con fuerza tras la caída del fascismo, consolidando su lugar como símbolo del fútbol italiano.

Conclusión: Historia, identidad y pasión en cada camiseta

Detrás de cada camiseta de fútbol hay mucho más que colores bonitos o un diseño llamativo. Cada escudo, cada línea, cada tono tiene una historia que contar. A veces nace de una anécdota casi accidental, otras de un momento histórico que marcó a un club o a una afición para siempre. Son camisetas que hablan de orígenes, de orgullo local, de símbolos nacionales y de gestos que con el tiempo se han convertido en parte de la identidad de un equipo.

Y es precisamente eso lo que las hace especiales: no son solo prendas deportivas, son recuerdos, emociones, una forma de sentir el fútbol. Cuando alguien se pone una camiseta de su equipo, no se viste solo de colores, se envuelve en todo lo que esa camiseta representa. Es como llevar puesta una bandera, una historia que se ha vivido, sufrido y celebrado.

Porque sí, una camiseta puede ser muchas cosas a la vez: tradición, pasión, memoria… y sobre todo, una manera muy personal de decir “este es mi equipo, esta es mi historia”.

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